Nota de Ines Fernandez Moreno: RENACIMIENTO EN EL MAR
Para decir verdad, me senti bastante identificada.
Para mi las vacaciones mas deseadas son siempre en el mar. El mar nuestro frio y salvaje, de olas altas y fuertes, rodeado de kilómetros de playas planas, como una pampa acuática. Otros prefieren la montaña, los paisajes imponentes del Sur, la aventura deportiva o el turismo internacional. Tambien estan los que aprovechan las vacaciones para desarrollar un proyecto especial. Escribir una novela, dejar a un novio o tirarse en paracaidas. La maxima rareza que ostento es un amigo que se fue a estudiar las famosas "hormigas argentinas" al borde del rio Parana. Yo soy mas convensional. Pero en todos los casos creo que el deseo(y la necesidad) es el mismo. Romper con la rutina, cambiar de paisaje, de casa, de amigos, recrear lo que nos rodea y recrearnos.
Recuerdo haber alquilado a lo largo de muchas vacaciones departamentos, casas, casitas y taperas diversas (de acuerdo con las posibilidades economicas de cada temporada). Pero en el peor de los casos, incluyendo colchones incomodos, heladeras diminutas o la falta de una buena sarten, nunca me aguó la fiesta de inaugurar "otra cotidianidad".
No sé si les pasa, pero en vacaciones yo sueño desenfrenadamente. Llevo como una doble vida: la de los dias y la de los sueños mas enrevesados y sorprendentes por las noches. Parece que nuestro cerebro, lejos de las preocupaciones habituales, tira la chancleta y se siente libre como el viento para ir de aqui para alla visitando los mas viejos y olvidados paisajes de nuestras vidas. Porque el tiempo, es nuestro interior, no existe. Tenemos 2 años, 10 o 50. Todas nuestras edades coexisten. Mas aun en vacaciones, un tiempo profundamente ligado a la delicidad de la infancia, a los romances de la adolescencia, o a los primeros pasos de nuestros hijos chiquitos..
Recuerdo ahora un cuento de Osvaldo Soriano en donde relata cómo, por insistencia de su padre, ambos emprenden una aventura de desarmar por completo un auto que él adoraba: un Renault Gordini que estaba en perfecto estado. La idea era ponerse a prueba como mecánicos, revisar pieza por pieza, limpiarlas, aceitarlas y despues rearmarlas dejando el auto como recien salido de la fabrica. Despues de un gran esfuerzo, lo lograron. El exito fue absoluto, salvo por mla sospechosa, arandela que quedo suelta sobre el piso del garage..
En vacaciones uno hace algo parecido, el recuento de piezas, de las que estan gastadas, de las que todavia funcionan, de aquellas que merecian un repuesto. Un balance para renacer. Y si en el recuento final quedan alguenas arandelas sueltas, mejor. Será nuestro tema, una clave para resolver durante el año.